mujer que durmió con una serpiente

La Serpiente en la Cama

Sofía siempre había amado a los animales exóticos. Cuando encontró una hermosa pitón albina en una tienda de mascotas, no pudo resistirse. La llamó Naga y la cuidó con esmero. La serpiente era tranquila y solía enroscarse alrededor de su brazo mientras veía televisión. Con el tiempo, Naga empezó a dormir en su cama, algo que Sofía veía como una señal de confianza.

Un día, notó que la pitón había cambiado su comportamiento. Ya no se acurrucaba como antes; en lugar de eso, se estiraba rígidamente a lo largo de su cuerpo cada noche. Intrigada, Sofía decidió consultar con un veterinario especializado en reptiles.

—Es extraño —le comentó—. Últimamente Naga no come y todas las noches se estira completamente en la cama junto a mí.

El veterinario la miró con gravedad.

—Sofía, deja de dormir con esa serpiente inmediatamente.

—¿Por qué? —preguntó, alarmada.

—Lo que describes es un comportamiento de caza. Tu pitón está midiéndote. Está calculando si ya eres lo suficientemente pequeña como para devorarte.

El estómago de Sofía se hundió. Esa noche, al llegar a casa, encontró a Naga en la cama, esperando. Pero esta vez, al verla, la serpiente abrió lentamente la boca, revelando su mandíbula desencajada, lista para tragar.

El grito de Sofía nunca llegó a escucharse afuera.

Comenta Sofía para la parte2

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *